Las consecuencias son gravísimas, urge tomar medidas para prevenir y apoyar a las víctimas en todos sus entornos,
El bullying, el acoso escolar y el ciberacoso pueden tener efectos muy graves en la víctima, incluyendo problemas psico-emocionales, sociales, físicos, académicos y trascender a otros planos en el largo plazo cuando no se atienden a tiempo, ni se recibe atención profesional. En algunos casos, pueden provocar la ideación suicida, comentó Alvaro Solano, director de la Escuela de Psicología de Universidad Fidélitas
El problema en la actualidad es que el acoso se ha digitalizado y se lleva a cabo a través de internet y las redes sociales. Puede incluir el envío de mensajes crueles o amenazantes, la difusión de rumores falsos o vergonzosos, la publicación de imágenes comprometedoras o la creación de perfiles falsos para acosar a alguien, detalló Solano, razón por la cual es urgente tomar medidas efectivas para prevenirlo y abordarlo en todos los ámbitos.
Algunas de las consecuencias más graves incluyen:
Problemas emocionales y psicológicos como ansiedad, depresión, angustia, sensación de indefensión, trastornos de apetito, estrés postraumático y problemas de autoestima que generan retraimiento social.
Ideación suicida: El acoso puede llevar a la víctima a sentirse desesperada y sin esperanza, lo que puede llevar a pensamientos e intentos de suicidio.
Problemas sociales: La víctima de bullying puede tener dificultades para establecer relaciones sociales saludables y es posible que experimente aislamiento social y exclusión, agregó Solano.
Problemas físicos: las lesiones, moretones, cortes y rasguños también forma parte de los tristes efectos, en algunos casos auto infringidas o recibidas por el agresor.
Bajo rendimiento escolar: las víctimas también pueden experimentar un rendimiento académico deficiente, falta de interés en la escuela y problemas de atención en clase.
Problemas de comportamiento: no en vano, las víctimas también pueden recurrir a comportamientos problemáticos como el consumo de drogas o alcohol, la violencia o el vandalismo como una forma de escape.
Problemas en el largo plazo: donde puede incluir la incapacidad para establecer relaciones saludables en el futuro, problemas emocionales crónicos y problemas en el lugar de trabajo.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revelan que Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde más bullying escolar se sufre. Señala que el 11% de la población escolar lidia con este tema, mientras la Academia Americana de Psiquiatría para Niños y Adolescentes, citada por Yolanda Mainieri, indica que hasta un 50% de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar son intimidados en algún momento y, por lo menos un 10% son intimidados con regularidad”[1]
¿Qué hacer ante una situación de violencia?
Es importante recordar que cada situación es única y puede requerir una respuesta diferente. En cualquier caso, es importante actuar con seguridad y responsabilidad para prevenir el bullying y el acoso y apoyar a las víctimas, recalcó el profesional en Psicología de Fidélitas
Ø Solo si fuera seguro hacerlo, puede intervenir en la situación de bullying o acoso y pedir a los agresores que detengan su comportamiento. Es importante hacerlo de manera tranquila y respetuosa para evitar empeorar la situación.
Ø Denuncie la violencia a las autoridades la competentes, según el lugar donde se dé el acoso o bullying.
Ø Practique una escucha activa, permita que la persona exprese con total libertad su situación.
Ø Valide las emociones de la víctima.
Ø Establezca un contacto de confianza generando empatía.
Ø No realice preguntas incomodas, con el fin de evitar la revictimización.
Ø Ubique a la víctima en un lugar seguro donde se sienta protegido en este momento.
Ø Espere que las autoridades educativas activen los procedimientos o protocolos y se emitan las acciones correctivas y formativas respectivas.
En el momento que cualquier persona adulta se da cuenta que un menor de edad es víctima de acoso o bullying, debe informar de manera inmediata esa situación al director o encargado del centro educativo. Cada institución educativa, sea pública o privada, debe contar con un procedimiento o protocolo interno para la atención inmediata de estas situaciones, en el cual se debe detallar la ruta a seguir para fomentar acciones para la prevención y erradicación cualquier manifestación de violencia.
Por ejemplo, el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica (MEP) cuenta con varios protocolos, incluido el de actuación en situaciones de bullying y Protocolo de Atención del bullying contra la población LGTBI inserta en los centros educativos, entre otros como situaciones de violencia, prevención del riesgo suicida entre otros.
Desde los altos mandos del MEP se ha instruido la obligatoriedad de su uso y activación para garantizar la restitución de los derechos estudiantiles.
https://www.mep.go.cr/sites/default/files/protocolo-actuacion-situaciones-bullying.pdf
¿Qué es el acoso y el bullying?
El acoso fue definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) como “El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo de comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Por su parte, el MEP señala que: “El matonismo, acoso o bullying representa un patrón de comportamiento más que un hecho aislado. Es una forma de acoso y violencia reiterada a lo largo de un tiempo, que puede implicar gran sufrimiento para los niños, con consecuencias a veces extremas en su calidad de vida, felicidad, integración y formación. Es una forma característica y extrema de violencia escolar que requiere de una visibilización y atención especial pues requiere de un cambio cultural[2]. Se presenta en diversas modalidades: físicas, verbales, psicológicas y de exclusión social.
Víctima y victimario
“La víctima de acoso o bullying es la persona que recibe las agresiones y humillaciones del acosador. Por lo general, no tienen claro por qué son objeto de esos maltratos y se sienten agobiadas e incapaces de salir de la situación”, agregó Solano. “Suelen mostrar condiciones de debilidad física o psicológica, baja autoestima, discapacidades, retraimiento, ansiedad o liderazgo pasivo; no suelen ser populares, son tímidos, introvertidos. A veces, la víctima termina aceptando las acusaciones que soporta y se convence que es inferior, mal estudiante, mal compañero o compañera, una persona socialmente desadaptada o incapaz de valerse por sí sola. Se ha visto que tener algún tipo de discapacidad, se convierte en un factor de riesgo para ser víctima del bullying”, expresó el profesional en Psicología.
.“El buleador generalmente es un estudiante, que puede ser, o no, compañero y puede estar en menor o mayor nivel que la víctima, mientras el acosador es una persona que violenta los derechos de las demás personas por medio de conductas hostiles tales como golpes, bromas, burlas, etc., y puede darse en la cotidianidad o en contextos educativos”, expresó el experto, quien agregó que este identifica personas vulnerables o con alguna situación que puede ser blanco de crítica o discriminación, como las condiciones de pobreza, rendimientos académicos, raza, etnia, cultura, orientación sexual, identidad de género, religión, sexo, entre otras.
El acosador se caracteriza por tener dificultades sociales, pero están menos aislados que las víctimas. Buscan llamar la atención y dominar a los demás. Suelen ser impulsivos, con baja tolerancia a la frustración, dificultad para cumplir con las normas, bajo rendimiento escolar y mínima capacidad autocrítica. Por lo general, las características de este perfil se incrementan con la edad.
El agresor puede ser un compañero del mismo grupo o nivel educativo, o un estudiante mayor que busca a su víctima en los grados inferiores, situación que implica un desbalance de poder a su favor. A los agresores les falta preocupación por las emociones y aflicciones de la víctima, suelen carecer de sentimientos como el remordimiento y la compasión. También es frecuente que sean considerados, por sus pares, como los de más estatus social (en términos de ingreso, poder u otras características especialmente valoradas por el grupo escolar). Los docentes consideran, por lo general, que los agresores suelen estar entre los más populares en sus respectivos grupos y en el colegio, señaló el director de Psicología de Fidélitas.
La carrera de Psicología de la Universidad Fidélitas brinda una formación multi paradigmática, dinámica y muy integral, resaltando sobre todo la práctica aplicada. Enseña sobre las diferentes corrientes psicológicas para que el estudiante pueda tener un panorama muy completo de su futura actividad. El estudiante tiene acceso a herramientas tecnológicas para las pruebas sicológicas y esto es una gran ventaja cuando salen al mercado laboral.
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