El proyecto está trabajando con ASADAS de 5 subcuencas: Reventazón, Virilla, Pirrís, Grande y Candelaria
Recientemente se echó a andar el proyecto denominado “ASADAS resilientes”, que pretende
fortalecer a 61 Asociaciones Administradoras de Acueductos Comunales (ASADAS) de la GAM
y ciudades periféricas en su capacidad de resiliencia y adaptación al cambio climático, mediante
una mejora integral de su gestión.
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La palabra resiliencia indica la capacidad que tenemos de recuperarnos ante una situación
adversa, aprender de ella y poder continuar adelante. El cambio climático es la más grande
amenaza ambiental que tenemos como sociedad y pone en riesgo el suministro del líquido vital,
en especial a las poblaciones más vulnerables como las de bajos ingresos o las que viven en
zonas susceptibles a desastres naturales.
En Costa Rica existen más de 1400 ASADAS en todo el territorio nacional y estas le dan servicio
a casi millón y medio de habitantes. El trabajo de estas asociaciones para brindar agua potable
es gigantesco y se enfrentan a muchas amenazas como el crecimiento de las poblaciones en las
zonas periféricas a las grandes ciudades, deforestación en zonas muy cercanas a los mantos
acuíferos, disminución de caudales en ríos, peligro de desertificación, contaminación por basura
o agroquímicos o peligro de deslizamientos masivos de tierra e inundaciones.
“Nadie sabe la presión que para una ASADA significa que la urbanización solicita y solicita
permisos, disponibilidades de agua y ellos tienen cada vez menos producción, y cómo es necesario
y se justifica, que estos sean operadores fortalecidos” indica Irene Murillo Ruin Directora Ejecutiva
de CEDARENA.