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Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años a nivel global y pese a que son prevenibles y tratables, ocasionan la muerte de alrededor de 525 mil niños cada año. En Panamá, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud (MINSA), en el 2014 ocurrieron 18.3 defunciones por cada 100,000 menores de 5 años. En el 2017, la tasa de defunción se elevó a 24.3 con 94,564 episodios diarreicos reportados en el boletín estadístico del MINSA. Aunque no existen datos oficiales más recientes, se estima que la enfermedad diarreica aguda sigue estando entre las primeras causas de muerte en los infantes panameños.

Llegar a determinar la causa exacta que provoca la diarrea en los niños puede ser una tarea difícil. Algunas de las causas más comunes son: la ingesta de parásitos vía los alimentos o el agua; la infección bacteriana ocasionada por microorganismos conocidos como patógenos que pueden ingresar al cuerpo a través de los ojos, la nariz, la boca y por heridas que traspasan la barrera de la piel; incluso la intolerancia a ciertos alimentos puede provocar diarrea durante el proceso digestivo.

El Dr. Heacleff Gutiérrez, Director de Asuntos Científicos de la unidad de consumo de Sanofi, explica que cuando la flora intestinal (microbiota) de los niños pierde su balance, el intestino puede llegar a perder sus funciones y la diarrea excesiva puede poner en riesgo el desarrollo del infante y hacerlos vulnerables a otras enfermedades infecciosas. “El rol de los padres o cuidadores es clave para prevenir la posibilidad de que su hijo o hija sufra diarrea. Enseñarle a lavarse las manos antes de las comidas y luego de ir al baño es un hábito que no debe ser negociable ya que esto previene el ingreso de muchas amenazas bacterianas al cuerpo”, afirmó.

Mencionó también que tomar un probiótico suave apto para toda la familia es una excelente medida preventiva que puede convertirse en un hábito diario. “La suplementación con probióticos y prebióticos brinda grandes beneficios a los sistemas digestivo e inmunológico de los niños. Una dosis diaria de bacterias esporuladas, como Bacillus clausii, puede ayudar a prevenir la aparición de la diarrea infantil en el largo plazo”, finalizó.

¿Qué hacer para detener la diarrea infantil?

 

Si a pesar de las medidas preventivas, identificamos un caso de diarrea (más de 3 evacuaciones líquidas al día), es recomendable:

  • Iniciar la hidratación oral con una variedad de fluidos: La deshidratación es un riesgo grave durante los episodios de diarrea. Si su hijo o hija no recibe agua pura, ofrézcale agua de coco o jugo de pera, manzana o durazno. ¡No le dé bebidas con gas!

  • Ajustar su dieta temporalmente: Ofrézcale alimentos más blandos (manzana, pera, gelatina) y con alto contenido de almidón, como el arroz, galletas saladas, fideos y puré de papas.

  • Vigilar la frecuencia de la defecación: Haga seguimiento a la necesidad urgente de defecar y evalúe si la frecuencia aumenta o disminuye. Al hacer esto, podrá determinar si las medidas tomadas tienen efecto.

Finalmente, es recomendable que durante el tiempo que dure la infección, las niñas y niños estén tranquilos y en un lugar fresco, además de tomar frecuentemente la temperatura corporal, para detectar oportunamente si hay fiebre.

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